“Mientras entierras tu riqueza, la entierras tu propio corazón”. Las lluvias de invierno se negaron a caer en Cesarea en 369, en lo que hoy es Turquía, lo que resultó en escasez de alimentos, pánico entre los ricos y hambre desesperada por los ciudadanos, inmigrantes y esclavos más pobres. Hacia 370, el miedo había echado raíces entre los terratenientes de la ciudad, lo que les hizo negarse a liberar granos de sus graneros. En esta calamidad se escuchó una nueva voz, la de un obispo cristiano, que ejercía una de los primeros entendimientos del papel público de un obispo en el cristianismo imperial para ser un "amante de los pobres". En la homilía de Basilio llamada En tiempos de hambre y sequía , él describe primero la miseria de la muerte por inanición antes de declarar que "la persona que puede curar tal enfermedad y rechaza proveer la medicina por la avaricia, puede ser condenado con razón como un asesino". [1] Las homilías de Basilio a la élite de Cesa...
Reflections on the role and history of money in Christianity from the first to the fifth centuries